EL MAESTRO Y SU OFICIO
Alonso Takahashi
El oficio
del maestro es enseñar.
Enseñar es
señalar, indicar la ruta.
Hay que dar
a los alumnos
la
oportunidad de transitar su propio camino
y encontrar
las cosas por sí mismos.
Cada vez
que entregamos a un alumno
un
conocimiento ya elaborado y decantado,
le estamos
quitando la oportunidad de descubirlo.
Lo
importante es enseñar a a prender.
En ello
entra en juego la memoria y también el olvido.
A menudo el
maestro debe olvidar lo que sabe
para que el
alumno lo descubra.
Para
Heidegger enseñar es más difícil que aprender
porque
enseñar significa dejar aprender.
Más aún, el
verdadero maestro
no deja
aprender “nada más que el aprender”
por esto
también su obrar produce a menudo
la
impresión de que propiamente no se aprende nada de él,
si por
“aprender” se entiende
nada más
que la obtención de conocimientos útiles.
Lo esencial
en el aprendizaje no es el producto sino el proceso.
Lo mismo
ocurre con la creación de conocimiento.
Leibniz
decía que las fuentes de la invención
son más
interesantes que las invenciones mismas.
Las ideas
deben nacer en la mente del alumno, sostenía Sócrates.
El
aprendizaje no debe ser pasivo.
Tomado
de:
El Juego y el Arte de Ser…humano
Autora: Marta Inés Tirado Gallego
Universidad de Antioquia
1998
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