miércoles, 5 de marzo de 2014

DABEIBA



Mito Catío1  
             “Desde el principio Dabeiba existió;
Entre su pueblo catío la más bella,
Mucha cosa a enseñar se quedó,
Hasta el día que Karagabí a ella,
Al ver todo hecho, al cielo llamó”.

Cuando el mundo todavía estaba joven vivió entre los catíos, desde el comienzo de los tiempos, una bellísima mujer llamada Dabeiba, que durante muchos años se dedicó a enseñar a su pueblo todas las cosas.  Tomaba los bejucos y las hojas con sus delicadas manos e iba tejiendo los canastos, las esteras, las chinas para avivar el fuego; miraba con paciencia cómo los hombres aprendían y los corregía cuando se equivocaban, hasta que los tejidos quedaban bien hechos.  Tomaba la greda, la mezclaba con agua y hacia vasijas, platos, ollas y muchas otras cosas; así, los alfareros conocieron su oficio.

Dabeiba, la bella, hija de Karagabí, Señor del Cielo, no se cansaba de enseñar.  Mostró al catío la manera como debía pintarse el cuerpo y escoger los colores: el rojo del achiote, el amarillo de la piña, el azabache de la jagua.  Con el tallo del huito le enseñó a teñir los dientes.  También impuso el sabor de algunas plantas, como el amargo del cacao y el agridulce del mamoncillo.  Cuando estuvo segura de que la gente sabía pintarse el cuerpo, sacar los colores de las plantas y reconocer el sabor de algunos alimentos, les enseño a sembrar y a cosechar la yuca y el maíz.  Después de mucho esfuerzo, los indios aprendieron todas las cosas, y la labor de Dabeiba terminó.


Cuando Karagabí vio que su obra estaba completa, la llamó para que se reuniera con él en el cielo.  Un día, al amanecer, Dabeiba subió al cerro León y, desde lo más alto, se elevó lentamente para volver al seno de su padre.  A pesar de que era muy temprano, de que la neblina se levantaba sobre las quebradas, de los truenos y del asomo de lluvia, algunos indios la vieron subir y subir hasta perderse entre las nubes, más arriba de las copas de los árboles.  Ya desde el cielo, para que los indios la recuerden y sean buenos, ella les manda truenos, terremotos y tormentas.  Por eso dicen que Dabeiba es la diosa de las tempestades.

1 Aborígenes que habitan en el noroeste de Antioquia, del río Tonusco hasta Ituango.  En el pasado, se destacaron por su orfebrería y su fiera resistencia a los conquietadores.

Tomado de: Mitos y leyendas de Colombia: tradición oral indígena y campesina.
Autores: Mauricio Galindo Caballero
Carlos Augusto García López
Jorge Valencia Cuéllar

INTERMEDIO: 2003

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